El Candomblé es una religión panteísta que rinde culto a los Orixás. Es una de las religiones afro-brasileñas practicadas principalmente en Brasil, por el llamado Pueblo de Santo, así como en otros países como Uruguay, Argentina, Venezuela, Colombia, Panamá, México, Alemania, Italia, España y Portugal.

 

Esta religión basada en el ánima, el alma de la Naturaleza, siendo por lo tanto calificada de animista, fue desarrollada en Brasil por los esclavos traídos de África. Aunque prohibido por la Iglesia Católica y considerado crimen por algunos gobiernos, el Candomblé prosperó a lo largo de cuatro siglos y desde la abolición de la esclavitud en 1888, se expandió considerablemente. Según censos recientes, aproximadamente 3 millones de brasileños (1,5% del total de la población) declaran el Candomblé como siendo su religión. En la ciudad de Salvador, existen 2230 casas de culto inscritas en la Federación Bahiana de Cultos Afro-Brasileños y catalogadas por el Centro de Estudios Afro-Orientales de la Universidad Federal de Bahía. Los Orixás del Candomblé, los rituales y las fiestas son, ahora, una parte integrante de la cultura y del folclore brasileño.

 

El Candomblé no debe ser confundido con la Umbanda, Macumba y Omoloki que son otras religiones afro-brasileñas de origen similar, o con religiones afro-americanas similares, practicadas en otros países del Nuevo Mundo, como son el Vudú haitiano, la Santería cubana, el Obeah de Trinidad y Tobago, los Shangos o el Ourisha de origen yorubá, las cuales se desarrollaron independientemente del Candomblé y son, virtualmente, desconocidas en Brasil. El Candomblé está dividido en diferentes corrientes llamadas “naciones”.

 

El Candomblé es una religión monoteísta y aunque algunos defiendan que se rinde culto a varios dioses, el único dios para la Nación Ketu es Olorum. En virtud del sincretismo existente en Brasil, la mayoría de los participantes consideran que es el mismo Dios venerado por la Iglesia Católica.

 

Después de la abolición de la esclavitud, comenzaron a surgir las primeras casas de Candomblé y con el pasar de los siglos, el Candomblé incorporó muchos elementos del cristianismo. Crucifijos e imágenes eran exhibidos en los templos, y los Orixás eran frecuentemente identificados con los santos católicos. Sin embargo, todavía existían persecuciones por parte de las autoridades y de la Iglesia que consideraban el Candomblé como paganismo y brujería. En los últimos años, algunas casas de Candomblé rechazaron el sincretismo existente con los elementos Cristianos y procuraron recrear un Candomblé “más puro” basado exclusivamente en los elementos africanos.

 

Los lugares de culto del Candomblé son llamados casas, roças o terreiros. Pueden tener un linaje matriarcal, patriarcal o mixto, destacándose: 
• Casas pequeñas: son independientes, perteneciendo y siendo administradas por el Babalorixá (Padre de Santo) en el caso de los hombres, o por la Yalorixá (Madre de Santo) en el caso de las mujeres, dueños de las casas, y por el Orixá principal, respectivamente. En caso de fallecimiento del dueño, la sucesión, en la mayoría de las veces, recae en los parientes consanguíneos. Si no existiese un sucesor interesado en continuar, la casa es desactivada. 
• Casas grandes: son organizadas, tienen una jerarquía rígida, no son propiedad del sacerdote, pudiéndolo ser de una Sociedad Civil o de Beneficencia. 
• Casas de linaje matriarcal, donde sólo mujeres asumen la dirección de la casa, como Yalorixá.

 

La Ley Federal nº 6292 de 15 de diciembre de 1975, protege los lugares de culto del Candomblé en Brasil contra cualquier tipo de alteración de su forma material o inmaterial. El Instituto del Patrimonio Histórico y Artístico Nacional (IPHAN) y el Instituto del Patrimonio Artístico y Cultural de Bahía (IPAC) son los responsables por este reconocimiento.